Juego de Tronos
La política es como un juego de tronos. La gente, cada día más, entiende que la política es un equilibrio de familias disputando y anhelando acumular poder y olvidándose del servicio a la ciudadanía.
Haciendo un símil con la popular obra de George R.R. Martín, las traiciones y luchas de poder por ocupar el trono de hierro, dan pie a un sin fin de luchas abiertas entre diferentes señoríos. Luchas que como siempre, libran y padecen los plebeyos (el pueblo), que ven como la codicia y ambición de unos pocos les somete a las más terribles guerras y épocas de hambruna, sin miramientos y sin ser importantes para nadie.
La obra es una ficción, pero describe perfectamente como las guerras entre poderosos no sirven para más intereses que el de unos pocos, y consiguen abrir tantas fisuras entre pueblos hermanos que cuando tienen que combatir una amenaza común, como son “los Caballeros Blancos”, están diezmados y muy divididos para llegar al éxito.
El fin justifica los medios, y amparándose en ese axioma todo vale para acumular poder y dinero. Salvando la enorme distancia del tiempo y de la ficción que narra George R.R.Martín en Games of Thrones, la ciudadanía actual empieza a percibir en la política y en los políticos que el fin no son los ciudadanos/as, y que sus guerras internas por acumular poder, más allá de las promesas de cambio y regeneración, son para conseguir tronos que consoliden ambiciones personales y no anhelos colectivos.
Algo va mal cuando un mensaje simplista, pero cargado de argumentos, conecta con mucha gente en poco tiempo, como es el de la casta política. Algo va mal cuando los ciudadanos ven en la política un problema y no la solución. Algo va mal cuando la corrupción, venga de donde venga, es noticia diaria. Algo va mal cuando los ciudadanos -ya sin estar sujetos a ningún señorío feudal- siguen percibiendo que el fin es la ambición personal de los poderosos/as, y no como dice mi amigo Alfred: “cada ciudadano es un fin en sí mismo”. Algo va mal cuando no se entiende que la legitimidad de las decisiones es mayor cuando más participación tienen los ciudadanos/as, que la política es un pacto diario con las personas y no un cartel fulgurante cada 4 años, que la acumulación de los cargos es un despropósito y que los cargos electos deben ser temporales y no eternos.
Algo va mal, y tengo claro que tenemos que cambiarlo todos juntos, da igual que seas un Stark, un Lannister o un Baratheon (apellidos de las familias en la obra Juego de tronos), el caso es que, para defender el muro de los caballeros blancos, es decir, para defender los intereses comunes y que cada ciudadano sea un fin en sí mismo y para recuperar el poder público, solo cuenta una cosa, tú.
Comments
No comment yet.