Sigue inquieto
La guerra en Siria remueve los cimientos de la vieja Europa, quizás cansados por nuestra propia historia, o quien sabe si a pesar de nuestra historia, seguimos una y otra vez tropezando en la misma piedra.
Ahora fruto de la mediatización, un drama que no es fruto de un momento o de una catástrofe puntual quedará siempre grabado en nuestros subconscientes con la triste imagen del pequeño Aylan Kurdi. Una imagen que despierta la conciencia colectiva que se encontraba en silencio durante tanto tiempo. Una imagen que espero nos haga recordar que la sensibilidad y la defensa de los derechos humanos no son para cuando algo nos avergüenza, sino un modo de entender la vida y ejercer nuestra responsabilidad ciudadana.
Estos años donde las decisiones económicas han primado, y en muchos casos la prioridad ha sido cuadrar balances, incluso a costa de descuadrar familias y servicios públicos, se ha dado la espalda a refugiados, y los que hoy se han sensibilizando de golpe, (ya veremos cuanto dura) recortaban en derechos y en aportaciones a cooperación internacional.
Muchos aún creen que la solidaridad es la vía, y se alejan de la solución real que es la consolidación y garantía de la protección de los derechos que de forma inherente todos y todas tenemos.
No es la vergüenza momentánea la que debe mover nuestra acción política, es una conciencia social y cívica que se debe generar y potenciar partiendo de unos valores que como ciudadanía afectan a todos y todas.
La solidaridad es bienvenida pero yo opto y lucho por consolidar derechos que son nuestros.
La lucha sigue y, hasta en mi despedida como colaborador de la opinión, quiero trasladar un mensaje de valores. Ha sido un honor poder aportar mi visión desde estas líneas y hasta puede que alguien comparta algo conmigo. En cualquier caso, afrontemos el futuro tal y como marcaba Steve Jobs en su discurso de Stanford: “Sigue hambriento y sigue inquieto”, pero en cualquier caso, sigue…
Comments
No comment yet.