Velocidad de crucero
No corren buenos tiempos para equilibrismos orgánicos, para la desidia endogámica o para las herencias consanguíneas. Los tiempos y las necesidades de la ciudadanía obligan a los partidos a llenar sus listas con los y las mejores.
Decía Kennedy: “Un hombre inteligente es aquel que sabe ser tan inteligente como para contratar a gente más inteligente que él”
Las mujeres y los hombres de hoy que quieran transformar la sociedad deberán trasladar a los electores, que abren su mirada hacia fuera y son conscientes de la realidad golpeada de las familias, su primer compromiso con ellos, que debe ser la altura de miras.
Hablan los sondeos electorales de fin del Bipartidismo, de necesidades de cambio por el hastío de la ciudadanía y de las carencias de liderazgos y referentes sociales, en buena medida esto es culpa de los viejos modelos de selección donde no prima la valúa personal o la capacidad de gestión y liderazgo, sino las componendas internas que en nada sirven a las personas. Pero también, en buena medida, se debe a la capacidad de adaptación o no que hemos tenido ante la velocidad de los acontecimientos.
Ha llegado, por tanto, el momento de abrir los modelos políticos y organizativos de forma transversal y dar respuesta a una sociedad que busca en la crispación y el populismo el refugio que no han sabido darle los partidos tradicionales.
Los equipos son la base de los proyectos y las ideas el alma. Los socialistas debemos reforzarnos con audacia y valentía, hablar sin ambages de reestructuración de la economía y el modelo de producción. Dejar aparcado el posibilismo para volver a ser una izquierda creativa e ilusionante, capaz de aventurar el futuro y construirlo, tal y como leía el otro día en un articulo de Ignacio Urquizu: “La sociedad ha cambiado tanto que no entiende como la política no cambia a la misma velocidad”
Es, por tanto, época de equipos capaces, de ser audaces, valientes y creativos. Equipos que consigan enlazar con la ciudadanía e ilusionarlos ante los nuevos retos y también ante los viejos problemas. Nadie mejor que los socialistas para conseguirlo pero los pasos deben ser firmes y acertados para pasar del TIC TAC y poner la velocidad de crucero, que exige el momento.
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